Nosotros apoyamos las variedades locales, como por ejemplo la alcachofa negra mallorquina. Las variedades locales son una manera de combatir la pérdida de biodiversidad en la isla, son un repositorio genético de poblaciones diferenciadas. Especiales por su sabor, forma y características.
Todo tiene un origen, en el caso de la alcachofa negra mallorquina, los expertos han indagado y parece que esta variedad de la alcachofa es descendiente de la alcachofa violeta de Provenza. Existen indicios de que llegaron provenientes de Francia en el siglo XIX.
En Mallorca tenemos esta variedad tan especial, muy sabrosa, oriunda, autóctona y una parte de los sabores de nuestra isla.
Preservar las variedades locales ayuda que el conjunto vivo sea más diverso, rico y resistente.
Si lo piensas, somos un organismo, variado, diverso y vivo.